La inteligencia emocional es una herramienta muy significativa en la habilidad de las personas para resolver conflictos. Su desarrollo debe iniciarse a edades muy tempranas para prevenir conductas antisociales. Por ello, para enseñar a los más pequeños a negociar debemos concretar qué destrezas y qué experiencias en toma de decisiones tiene para luego introducir la idea de resolución de conflictos y proporcionar oportunidades para ponerla en práctica.

6 pasos para practicar la resolución de problemas con los niños.

1. Identifica el conflicto. Debes preguntar qué ha pasado y recoger toda la información que puedas para tener una visión objetiva y así hablar de ello desde una perspectiva no menos distorsionada.

2. Que exprese como se siente. pídele que cuente como se siente y cuéntale (si estas implicado en el conflicto), como te has sentido. Es decir, en vez de indicar: ‘Tú has hecho mal esto…’, debes expresarle: ‘Yo me he sentido mal por esto’.

3. La necesidad de ambos. Debes hacerle entender la necesidad de escuchar antes de actuar.

4. Brainstorming. Pregunta qué podéis hacer y entre todos dar soluciones. Piensa y razona con ellos. Ayuda a qué vean las ventajas e inconvenientes de cada una de las opciones.

5. Democracia. Elegir la opción que parece mejor entre todos. No se trata de que nadie gane a nadie, sino en llegar a un consenso y un acuerdo.

6. Actuar de acuerdo con la solución escogida. Una vez hecho, valorar lo ocurrido.